El viernes, los
republicanos de la Cámara se
reunieron con el Presidente Obama, pero no tuvieron nada que decirle a los
periodistas que esperaban ansiosos alguna respuesta. Siguen hablando y aún no pasa nada.
Según
la nueva encuesta de Gallup, hoy los republicanos son bien vistos por solo el 28% de los americanos, la tasa más baja desde 1992. El
mes pasado era un 38%. Los republicanos han
demostrado que las encuestas les importan un bledo, aunque saben
que si se siguen metiendo en el hueco, les va a ser difícil salirse después.
El
presidente, que se ha mantenido fuerte al no dejarse vencer por la extorsión (¡Bravo
Sr. Presidente!), está dispuesto a negociar si se ponen de acuerdo en financiar
el gobierno temporalmente e incrementar el techo de la deuda sin poner el
Affordable Care Act (Obamacare) de rehén. La negociación podría comenzar con
una reducción general del déficit presupuestal. Los ultraderechistas que
trataron de tomar la nación por la fuerza no se percataron de que los
americanos amamos nuestro sistema de gobierno. A muchos les disgusta un
gobierno grande, de acuerdo, por eso muchos rechazan Obamacare, pero rechazan
mucho más las tácticas que usan los republicanos para revocarla y demorarla “a
la brava”.
Nuestra Constitución evidencia que esta nación se forjó de una revolución contra
un gobierno injusto. Por eso no nos gusta tener políticos metidos en
nuestras vidas espiándonos, ni diciéndonos con quien podemos casarnos, ni
cuando tener (o no) un aborto. O gastando billones en armamentos y matando
inocentes en otras tierras. Pero por eso también, a los
ultraderechistas les fue tan fácil confundir al pueblo americano con Obamacare.
Y por eso ha sido tan difícil establecer un nuevo sistema de salud para
beneficio del pueblo americano.
No
diré que Obamacare sea perfecto, está lejos de serlo. A pesar de que la derecha acusa al
presidente de todas las infamias y mentiras de que lo acusa (anoche Ileana Ross Lehtinen le dijo a Oscar
Haza que el Presidente Obama está dispuesto a reunirse con Putin y con Rouhani
pero no con los republicanos), lo único que hace el gobierno en Obamacare
es subsidiar a los pobres para puedan tener un seguro de salud adecuado. Es lo justo. Pero así y todo los republicanos cerraron el gobierno, se oponen a incrementar el
techo de la deuda y están listos a aniquilar la economía del mundo haciendo que
Estados Unidos no cumpla con sus obligaciones. Es cosa seria, la del Tea Party,
que se atreve hasta intentar cambiar leyes sostenidas por la Corte Suprema,
atacando nuestro sistema de
gobierno. Están peor que los dictadores de América Latina y el continente africano.
No
se dan cuenta de que cuando los
americanos juramos la bandera nos estamos comprometiendo con nuestro sistema de
gobierno. Quien no lo ve así, no
se compromete con esta nación. Hoy en MSNBC un
Congresista Republicano se tiró duro contra Ted Cruz casi llamándolo traidor y
para mí eso es lo que es el Tea Party: Un grupo de traidores. Ya los republicanos
de la Cámara se están despertando a la realidad del Tea Party. Se están dando cuenta de que la mejor forma de reducir el
gobierno no es cerrándolo, si no entendiendo a quien debe servir ese gobierno. Y
nos debe servir a todos, no al 1% de la nación que debiera estar pagando mucho más impuestos porque hoy son
más ricos que nunca. El gobierno debe limitar sus deducciones y sus créditos de impuestos, cerrar sus
lagunas fiscales y cobrarles impuestos por transacciones financieras.
El presupuesto hay que recortarlo, de acuerdo, pero acabando con el “welfare
corporativo,” eliminando los subsidios de petróleo y gas, los negocitos con contratistas
militares que se nutren de las guerras (como Halliburton) y los subsidios a los grandes bancos y banqueros de Wall
Street. Los costos de salud
deberán ser cada vez más bajos porque ahora el gobierno tiene poder de
negociación con los proveedores de
Obamacare, Medicare y Medicaid.
Podremos gastar más en educación de calidad e infraestructura para todos.
Hay
motivos de sobra para no confiar en el gobierno cuando millonarios como los
Koch Brothers, sus corporaciones y sus banqueros son los que financian a los
políticos. Hay que restaurar la confianza del pueblo en su gobierno y para
comenzar el proceso no se le puede permitir al Tea Party ni a nadie, que viole nuestro
sistema y empeore las cosas. Hoy el que tiene una hipoteca variable sabe que
sus pagos van a subir. Si está tratando de comprar o vender su casa, le será
mucho más difícil. Si está ahorrando para su retiro, sus acciones y bonos ya
bajaron. Si tiene un negocio, las ventas han bajado y si está desempleado,
seguirá estándolo. Todo porque los mercados financieros están asustados con el
cierre de gobierno, la toma por la fuerza de la nación y el posible incumplimiento con la deuda.
Un mes atrás las compañías estaban dando préstamos, pero hoy, el
Tesoro subió un 0.27%, la tasa más alta desde el 2008 y la bolsa de valores sigue
en declive. El Dow Jones perdió más del 6% de su valor desde que comenzó la
extorsión republicana inducida por el Tea Party.
¿Hasta
cuando?
Todo
depende de cual de los padrinos del GOP sea más poderoso, si los banqueros de
Wall Street que ya están perdiendo con la situación de los mercados, o los
Koche Brothers y sus amiguitos billonarios que están siempre listos a financiar la
destrucción del gobierno de
Estados Unidos. Esperemos que el presidente y los demócratas sigan en su posición
fuerte y no hagan concesiones (con los extorsionadores) que afecten el futuro de
los más vulnerables.
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