Ayer, en el salón de
espera de la consulta del médico mientras leía un artículo en mi teléfono, la
conversación de un pequeño grupo de personas captó mi atención. Hablaban del
estado de todo 24 horas después del cierre de gobierno, anticipando consecuencias futuras, de no arreglarse la situación pronto. Como
en la mayoría de las discusiones había
dos puntos de vista principales: el de un obvio demócrata liberal (abogado
retirado) y el de una señora que se identificó como “apolitica.” La
otra perspectiva era de un individuo obviamente rico, inteligente y republicano,
en desacuerdo con la dirección que ha tomado su partido desde que el Presidente
Obama ganó las elecciones 2008, no obstante fiel a sus raíces conservadoras.
El abogado le explicaba a
la señora (que resultó ser la esposa del republicano) el significado de una
coerción. Le decía que la coerción es la intención expresada de hacer daño poniendo
una condición por medio si el amenazado no accede a ciertas demandas. La señora
discutía que la política es sucia y por eso suceden esas cosas. Pero el abogado
le explicaba que en una democracia no se hacen concesiones con “bullies”
(abusadores, ventajistas, personas que imponen por la fuerza su punto de vista) porque el servicio público no debe responder a la
intimidación, por lo cual no se debe recompensar ni aceptar ningún tipo de presión
para evitar un posible daño a la nación. “Si
fuera así, dejaría de ser una democracia,” dijo firmemente.
No pude aguantar y me
metí cuando el esposo de la señora trató de justificar el cierre de gobierno
como producto de “una diferencia de
opiniones políticas.” “Perdone usted…”
le dije, “los republicanos amenazaron y
trataron de extorsionar al presidente y a su partido. Eso no es una diferencia
de opiniones si no un acto inmoral que deja mucho que desear.” Después que
dije eso, todos parecían esperar que dijera algo más…”Siga, que va bien,” me dijo el abogado de Deerfield Beach. Pero el republicano, entre
decepcionado y frustrado, dijo entre dientes algo que no esperaba oir implicando
darse por vencido: “Lo que está pasando
en Washington es un asco y yo tengo otras cosas más importantes que hacer,”
le dijo a su esposa. Entonces el abogado retirado, casi leyendo mi mente, le
dijo “que nos demos por vencidos, es
exactamente lo que buscan los extremistas de su partido.”
Ese simple análisis dio
en la diana, porque es
precisamente lo que quieren los “teabaggers,” que todos se den por vencidos. De
esa forma continúan haciendo lo
que les viene en gana.
No cabe duda de que los
extremistas del Partido Republicano, financiados ya sabemos por quienes, están
satisfechos porque el 85% del personal del Ministerio de Trabajo se quedó “sin
trabajo” y ahora las compañías carentes de ética y escrúpulos laborales pueden
abusar de sus empleados. Los extremistas están felices porque las industrias de
los Hermanos Koch ahora son libres de contaminar el aire que respiramos sin que
la Agencia de Protección Ambiental pueda hacer nada contra ellos porque sus
oficinas están vacías. Están contentos porque con el cierre del gobierno
federal, a la Comisión de Valores y Cambios (Securities Exchange Commission)
ahora le falta personal de supervisión y las corporaciones y Wall Street pueden
hacer todas las trampas que quieran. Ni les importa que no se inspeccione la comida porque el 45% de los empleados del FDA (Food and Drug Administration) perdieron sus trabajos. Prefieren que nuestra nación incumpla con la deuda para que el pueblo se
sienta aún más frustrado e inestable y se vuelva cínico.
Pero esos son precisamente los sentimientos que tenemos que combatir, para evitar darle por la vena del gusto a Ted Cruz.
Pero esos son precisamente los sentimientos que tenemos que combatir, para evitar darle por la vena del gusto a Ted Cruz.
No podemos acceder a la
coacción de los abusadores que quieren usar su posición para intimidar y conseguir lo
que quieren. Ni vamos a dejarnos llevar por actitudes equivocadas y enfermizas
sobre a quien debe servir nuestro gobierno. Por el contrario, debemos influenciar
a los miembros del Congreso y a nuestro presidente para que continúen resueltos
e inalterables ante lo que está sucediendo en la nación.
Hoy jueves, el Presidente
Obama advirtió que la crisis sobre el techo de la deuda que se avecina, podría hacer
aún más daño que el cierre de gobierno actual, pero que se podría acabar de inmediato
si los republicanos de la Cámara votaran sobre una ley de gastos a corto plazo
y sin partidismo. El Presidente de la Cámara, Representante Republicano John
Boehner de Ohio le dijo a sus colegas que hará lo que sea necesario para evitar
un incumplimento por parte del gobierno en la deuda federal y eso incluye hasta
depender de los demócratas de la Cámara para ayudar a aprobarle un aumento al
techo de la deuda. Pero ya sabemos que no se puede depender de lo que dice
Boehner ya que ha cambiado de idea en varias ocasiones según necesite congraciarse
con el Tea Party.
La formula ahora es
firmeza y objetividad. Mientras tanto, los centros de registración para la Ley
del Cuidado de Salud Costeable (Obamacare) que ya están funcionando, lograrán
sobrepasar la meta fijada de proveer cobertura de salud completa a más de 7
millones de americanos para el 2014. Y esa, sin duda, es la mejor noticia.
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