Hemos estado muy ocupados con las multiples crisis de teatro Kabuki creadas por los conservadores desde que este presidente tomó posesión de su cargo. Nuestro congreso pierde tiempo votando 44 veces para revocar la ley de salud que ha sido ratificada por el Tribunal Supremo, pero no vota ni una vez por una ley para crear empleos. Acabamos de salir de un cierre de gobierno de 16 días que nos costó más de $24 billones porque la ralentización de la economía provocó que el desempleo se emparejara con Noviembre del 2008 cuando hubo más personas desempleadas en la nación. Según el Departamento de Trabajo, en Septiembre se crearon solamente 148,000 empleos, muy por debajo de su proyección.
Los republicanos siguen “muy” preocupados
por el presupuesto y para el año nuevo la preocupación será el techo de la deuda.
Que conste que en los últimos 53 años, el Congreso ha incrementado el techo de
la deuda más de 70 veces sin forzar un inclumplimiento de la misma. Pero con el
Presidente Obama en la Casa Blanca el techo de la deuda es la gran prioridad
para ellos. Y pensar que los republicanos del Senado
apoyaron la creación de la Agencia de Protección Ambiental y la Administración
de Seguridad y Salud Ocupacional en 1970. Fue un poco después de ello que se comenzó a notar dentro del Partido
Republicano y específicamente en Washington, una ola de evangélicos sureños conservadores.
Con los años llegó la furia de los Confederados Secesionistas personificada en el Tea Party financiado por los Hermanos Koch e inspirando la insurgencia anti-gobierno y
las extorsiones.
En el 2011 los republicanos del congreso
influenciados por los nuevos políticos dlel Tea Party orquestaron la campaña que obligó al presidente a tambalearse y
aceptar recortes al presupuesto. Ya los límites presupuestarios que Obama
concedió ese año consagraron legalmente una porción de la rigurosa agenda
fiscal de la causa de los “teabaggers”.
En el Kabuki más reciente, el Presidente
Obama se mantuvo firme hasta el final y John Boehner, Presidente de la Cámara
y Mitch MC Connell, Líder de la Minoría Republicana del Senado, optaron al fin a favor del sentido común contra
el Tea Party y por la viabilidad de la economía mundial.
Hoy, Jim De Mint, Presidente de la
Heritage Foundation y fundador del Comité de Acción Política Conservador que
sufraga todos los gastos de la campaña de Ted Cruz y de los candidatos ultraconservadores,
anunció que subvencionará una primaria republicana para desafiar al Líder de la
Minoría del Senado, Mitch MC Connell porque Mc Connell ha cambiado y “ahora tiene un record
de liberal por negarse a pelear por los principios conservadores.” ¿Mitch
MC Connell liberal? Eso es tan obsoleto como disparatado. Mc Connell fue el primero que anunció públicamente que su mayor prioridad era asegurarse de que Obama fuera presidente de un solo término...un sureño reaccionario e intolerante.
Los veteranos del Partido Republicano:
Tad Cochran de Mississippi, Lamar Alexander de Tennessee y Lindsey Graham de
South Carolina, que apoyaron a MC Connell y a Boehner confrontan desafíos similares por parte de los candidatos del Tea Party. Ese
tipo de reto debilitó la situación (entonces) inquebrantable del partido en el 2012 dándole
luz verde a los demócratas para conseguir la mayoría en el Senado. Pero parece
que los soldados del Tea Party son más partidarios de una depuración que de un
triunfo. Al menos por ahora.
Lee Bright, el senador de South Carolina
que reta a Lindsey Graham expresó publicamente: “Sabemos cuales son los senadores que lucharon por la libertad y cuales
se doblegaron con Obama, tenemos la lista.” Así, a la brava. Después del
cierre de gobierno la tasa de aprobación del Tea Party declinó bastante porque
los cabilderos de las compañías, alarmadísimos por los $24 billones que la
gracia le costó a la economía, dieron señales de abandonar a los candidatos renuentes
a comprometerse. Pero los PACS (Political Action Commitees) conservadores están
obligando con sus millones a los titulares a lanzarse en peleas primarias que prometen ser desgastadoras
y costosas.
Por otro lado la oposición del Tea Party
a todo lo intelectual y culto, refleja
aún más la resistencia del Partido Republicano a tolerar diversidad de ideas, estrategias
políticas innovadoras y la adaptación al nuevo multiculturalismo americano. Los
votantes latinos demostraron que lo sienten en el 2012 cuando reeligieron al
Presidente Obama. Algunos republicanos más jóvenes apoyaron la Reforma
Migratoria en un momento, pero no han podido (o no han querido) mover la
legislación más allá de “los nativistas” de la Cámara de Representantes, cada
vez más hostiles hacia los inmigrantes.
Durante el Siglo
XIX fue el Partido Republicano el que se opuso a la extensión de la esclavitud hacia
los nuevos territorios de la nación, para luego abolirla completamente. Durante
el Siglo XX el GOP se asoció a la doctrina económica de la libre empresa, que
se opone a regulaciones de gobierno o interferencia en el comercio fuera de un
mínimo necesario para operar dentro de sus propias leyes. En el Siglo XXI su curso definitivamente
ha hecho un viraje hacia la derecha y la intolerancia.
Uno de sus líderes más prestigiosos, el
Presidente Dwight D. Eisenhower, dijo que “la
historia del hombre nunca se escribe por casualidad si no por elección propia;
por las opciones que toma.” Por lo cual esta encrucijada es decisiva para el GOP.
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