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Sunday, September 29, 2013

LOS LEGISLADORES REPUBLICANOS, LA CENICIENTA Y LA EXTORSION


¿Qué tienen en común los republicanos de la Cámara y la Cenicienta del cuento?
Pues, entre otras cosas, la media noche. En la historia de Cenicienta  el coche se convierte en calabaza a las 12 y la pobre Cenicienta vuelve a ser la infeliz hijastra llena de cenizas.  En la media noche del sábado, los republicanos de la Cámara,  casi subrepticiamente, se reunieron para votar a favor del vehículo que más rápido conduce al  cierre de gobierno que han planeado por varias semanas (negándolo, por supuesto). Con dicho voto, mantendrán al gobierno funcionando unos cuantos meses, pero la condición es que “hay que detener Obamacare por un año”. Es lo que han querido hacer siempre para echarle la culpa al presidente y a los demócratas. No cabe duda que su plan será nuevamente rechazado por el Senado. Pero lo republicanos han mantenido su objetivo de cerrar el gobierno sin hacer el más mínimo esfuerzo para evitarlo. Hasta crearon un proyecto de ley de gastos con conocimiento total y absoluto de que sería  rechazado.
Aprobaron el proyecto de ley después de la media noche, cuando el coche de Cenicienta vuelve a ser calabaza, negándole beneficios de cuidado de salud a millones de familias americanas por un año entero. Además, subiendo el déficit al rechazar convenientemente el impuesto por el uso de dispositivos médicos que los cabilderos de esa industria han estado empujando para eliminar (y sin duda han llenado unos cuantos bolsillos para ello). Como si todo esto fuera poco, incluyeron una provisión en la demora de Obamacare, que permite a  empleadores y proveedores de cuidados de salud salirse del mandato de la cobertura  de contracepción.
Sí, el coche no solo se volvió calabaza, si no que la calabaza está podrida, porque los líderes del Senado y la Casa Blanca, le explicaron pacientemente a los republicanos que ese voto garantizaría un cierre de gobierno, y así y todo,  votaron de forma unánime,  lo que indica que sus acciones no son las de una rama extremista del  partido, si no la decisión organizada del grupo entero. Un teatro Kabuki bien planeado.
Lo que es de conocimiento común en Washington es que el Presidente de la Cámara, John Boehner, estaba en contra de tal acción y presentó una propuesta a principios de este mes que  hubiera evitado llegar a este punto. Pero es obvio que Boehner ni controla ni influye en las decisiones de su propia cámara y “le falta lo que hace falta” para gobernar con integridad.
Ahora el futuro es aún más incierto. El Senado podría reunirse hoy mismo, rechazar la propuesta de ley y pedirle a los republicanos que actúen como líderes responsables, lo que no han hecho hasta ahora y no creo que  irán a  cambiar de la noche a la mañana, considerando que es mañana, cuando se vence el plazo para cerrar el gobierno.   Es posible que la Cámara alta se reúna de inmediato y apruebe la misma propuesta de ley que los senadores aprobaron el viernes, lo que le dejaría unas horas a la Cámara para mantener el gobierno funcionando.
El público americano ya no espera mucho de su Congreso, pero aún confía  en que sus legisladores dejarán el gobierno funcionando porque lo opuesto no les cabe en la cabeza.  El gobierno cerró anteriormente en 1995-96 por batallas partidistas sobre el presupuesto muy similares a las actuales. Cerró por 5 días en Noviembre 1995 cuando el Presidente Bill Clinton y el Congreso, también controlado por el GOP en aquel entonces, no se pusieron de acuerdo en los gastos. Y cerró nuevamente en Diciembre por 3 semanas. El gobierno estimó que ambos cierres nos costaron $1.4 billones a los contribuyentes. 
De suceder nuevamente, programas esenciales (como el control de tráfico aéreo, Medicare, inspecciones de alimentos, la Oficina de Correos, etc) continuarían sin interrupción. Pero millones de empleados federales de programas considerados no esenciales, quedarían sin trabajo, sin garantía alguna de sueldo retroactivo. Los cheques de Social Security y beneficios de veteranos, no se interrumpirían pero llegarían muy tarde puesto que habrá menos empleados que los procesen. Las solicitudes de visas, pasaportes, ciudadanías, etc. pasarán a una lista de espera, así como los programas de préstamos a pequeños negocios e hipotecas de vivienda. Los parques, monumentos nacionales y museos cerrarían, pero el Capitolio continuaría abierto. Los americanos podrán ir al zoológico, pero no habrá quien le de comida a los animales, ni quien limpie sus jaulas.
El Congreso está exento de despidos y quizás algunos legisladores protesten por ello. Está por verse.
Las partes principales de la manzana de la discordia en todo esto, la Ley del Cuidado de Salud Costeable, más conocida como Obamacare, continuarían en su lugar a menos que la ley entera fuera revocada, lo que no sucederá. Hasta si el Congreso no autoriza los gastos a partir del 1ro de Octubre (que es pasado mañana), el gobierno tiene otras fuentes de financiamiento que puede utilizar para mantener la ley intacta. Una gran porción de Obamacare es financiada por gastos “obligatorios” que el Congreso tiene que mantener a toda costa. Igualmente el financiamiento para varios años está disponible en el caso de un cierre de gobierno. Según el reporte del mes de julio del Servicio de Investigaciones del Congreso, la implementación de la Ley del Cuidado de Salud Costeable, Obamacare, continuará hasta si hay un lapso que resulte en un cierre de gobierno temporal.
En el cuento de Cenicienta, la madrastra y las hermanastras viven  en un mundo de fantasía (a pesar  de que se ven en el espejo) y creen que una de ellas se casará con el príncipe.  En el mundo desquiciado de los legisladores  del GOP, ellos se creen héroes, votando para cerrar el gobierno federal a menos que los demócratas le retiren los beneficios de cuidado de salud costeable a millones de familias americanas.
Tristemente, lo que duele aquí no es Obamacare, ni la lista de demandas   de los republicanos. El tema que lastima y que no se debe permitir y lo digo muy en serio, es la extorsión. Una vez que negociamos con extorsionistas, es cosa de nunca acabar. No podemos permitir que se use más nuestra nación como rehén.   El presidente no debe permitirlo y si a los conservadores no les gusta una ley o hay algún impuesto con el que no estén de acuerdo sus financistas, o una regulación que sus padrinos corporativos no quieran aceptar, que se resuelva por medio de un procedimiento limpio.  De lo contrario que sigan con sus amenazas, pero que las cumplan.  Que la nación entera sienta los resultados, para que de una vez se sepa quienes son y que intereses representan, que ciertamente no son los del pueblo americano.
 



                                 NOTA IMPORTANTE: 
Quiero recordarles que Guido Barilla, presidente de la empresa de alimentos que lleva su nombre, hizo declaraciones homofóbicas que no se deben olvidar sobre todo cuando hacemos la compra.   "No haremos publicidad con homosexuales porque nos gusta la familia tradicional. Si los gays no están de acuerdo, siempre pueden comer pasta de otra marca. Todos son libres de hacer lo que quieran porque no molestamos a nadie". Después de eso, disculpas van y vienen (que si las declaraciones fueron sacadas de contexto, que si exageraron, etc), especialmente después de la indignación reflejada en las redes sociales. Pero cuando les preguntaron por qué no hay familias homosexuales en sus anuncios contestaron: "No haremos un anuncio con una familia homosexual porque para nosotros la familia es la tradicional." La mayoría de las familias tradicionales han ampliado sus mentes desde hace mucho rato y queremos ver un anuncio de Barilla con una familia “gay.” De lo contrario, Ciao Barilla! Y les recuerdo otras marcas excelentes: De Cecco, Muellers, Buitoni, Martelli, San Remo, Mendocino Pasta Company, Mario Batali, Gia Russa y cualquier otra que no sea Barilla, porque en la unión está la fuerza y estos son momentos críticos en la historia. 
SIGNOR BARILLA HA UNA LINGUA BRUTTA E UN CERVELLO PICCOLO.


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