Si alguien tiene dudas de que la
política y el oportunismo van de la mano, le invito a buscar el significado de
“oportunismo” en el diccionario. Generalmente contiene en algún lugar la
palabra “política.” Por eso es risible que el Partido Republicano de la Florida quiera manchar el
nombre del ex gobernador Charlie Christ con ese adjetivo. Christ sirvió un
término como gobernador de la Florida antes de correr para el Senado en el 2010.
Y fue como independiente, porque sus acciones como gobernador enfurecieron al
GOP. Christ
no siguió la línea de un partido que se había corrido demasiado hacia la
derecha y actuó defendiendo los intereses del público que lo eligió. Por eso tuvo
que correr como independiente porque su partido decidió que Marco Rubio,
estrella del Tea Party antes de Ted Cruz, era mucho más conservador.
Algo que se le escapa a los que sirven
al público es que los americanos
no quieren “partidismo”. Pertenecer a un partido politico no quiere decir que
uno tiene que estar de acuerdo con todo. Yo soy demócrata y no estoy de acuerdo con que mi partido se deje intimidar
por el GOP. Me gustaría que lo pusieran en su sitio de vez en cuando. Pero no
por eso abandono el partido porque estoy de acuerdo con sus principios. Este
partidismo enfermizo es algo nuevo.
Ahora Charlie Christ es demócrata y reta a Rick
Scott que irá a re-elección aunque aún no lo ha anunciado. El Gobernador Republicano
Rick Scott es un hombre muy rico. Les recuerdo que la corporación de la que fue
CEO (máximo jefe ejecutivo) y fundador, Columbia
Hospital Corporation of America, mayor compañía de servicios de salud con
fines lucrativos, admitió su
culpabilidad de 14 felonías en el
caso del mayor fraude a Medicare en la
historia. CHCA tuvo que
pagarle al gobierno federal $600 millones. Su creador y
mayor responsable, Rick Scott no fue implicado. Se convirtió en “capitalista de riesgo”. Poco más tarde invirtió
$73 millones de su propio dinero (posiblmente el que le robó a los ancianos y discapacitados) en una campaña de 7
meses que le ganó la silla de gobernador de la Florida.
El Partido Republicano no se cansa de adornar a Christ con los peores adjetivos. Dan Gelber, que
representa el Distrito 35 en el Senado y representó el 106 Distrito en la Cámara de Representantes
de la Florida, escribió un artículo el 28 de octubre, aniversario de un momento
histórico que representa la diferencia entre Christ y Scott. El “partido de
Lincoln” había aprobado una legislación que sin duda se elaboró para suprimir
el voto de los afroamericanos, latinos y gente jóven. Las colas para votar
temprano eran de cuadras y cuadras y la espera era de 5 horas o más. Dan Gelber que era el Líder Demócrata en la legislatura en ese momento, llamó
al entonces Gobernador Republicano Charlie Christ y le dijo que era “anti-americano que los ciudadanos no
pudieran votar.” Charlie Christ le contestó que “ había visto las colas y se había enterado ya de que algunas personas
mayores se habían desmayado bajo el sol. Que estaba horrorizado de que los
floridanos habían tenido que tomar un día libre de trabajo para votar y se
preguntaba cuantos se darían por vencido sin ejercer su derecho al voto.”
En solo minutos y contra las
objeciones de su propio personal, el Gobernador Christ firmó la Orden Ejecutiva 08-217 que extendió las
horas de votar para todos los floridanos.
Los republicanos electos se indignaron
porque la orden le hizo fácil el voto a todos. Christ se defendió contestando que “fue electo para representar a todos los ciudadanos de la Florida, no
solamente a los de un partido.” Según Gelber, 4 años después la Florida se
encontró en la misma situación en medio de elecciones. Excepto que esta vez Rick Scott aprobó una ley
(y la defendió en la corte) que de nuevo intentaba suprimir el voto minoritario.
Las colas eran aún más largas y la
espera de 8 ó 9 horas.
Gelber, los supervisores de
elecciones y algunos oficiales preocupados con la situación llamaron al
Gobernador Scott para que hiciera algo por sus ciudadanos. Scott indiferente,
ni se movió, declarando que “estaba
pasando lo que tenía que pasar.”
Esa
es la diferencia entre Charlie Christ y Rick Scott. El primero
fue contra los intereses de su propio partido porque era lo correcto para los
electores. El otro, perpetuó la privación del derecho al voto de los electores
afroamericanos, latinos y jóvenes.
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