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Tuesday, May 6, 2014

VOTAR EN LAS ELECCIONES DE MID-TERM ES UNA RESPONSABILIDAD Y UN DEBER


No hay otro país en el mundo que tenga más billonarios  que los Estados Unidos. Muchos piensan que eso es una maravilla. Yo también, considerando que soy una “shopaholic” de la clase media que ha trabajado toda la vida para mejorar las condiciones de vida de la familia que encabezo desde hace más de 40 años y que siempre preferí Beluga caviar y champaña de la Viuda al "hamburger & Coke".  Lo que no soporto es que nuestros puentes, carreteras y sistema de trenes estén cada vez en peores condiciones. Que la educación empeora cada vez más, con 28 naciones y juridicciones del mundo por encima de nuestros niños en matemática y 22 sistemas educacionales por encima en ciencias. No hay un solo aeropuerto en los Estados Unidos que esté entre los 100 mejores del mundo. Nuestra clase media  se deteriora día a día con el estancamiento de los bajos salarios de los americanos,  mientras el 1% de la población disfruta del 95% de las ganancias económicas de la nación entera.
La Senadora Demócrata Elizabeth Warren de Massachusetts, en su nuevo libro "A Fighting Chance” que se traduce a “Una oportunidad de pelear” y que recomiendo como lectura obligatoria, explica como el juego está arreglado por los “grupos especiales” o cabilderos de las grandes industrias y  corporaciones que dictan las reglas a su favor. Reglas que se comprueban en el código de impuestos con un presupuesto militar exagerado que le roba a los gobiernos federales y estatales los ingresos que se necesitan para invertir en infraestructura. Cada vez nuestra nación parece más una nación tercermundista. Ese código de impuestos y las leyes de bancarrota en los últimos años, han provocado una enorme transferencia de riquezas de la clase media a los más ricos; la mayor en la historia de los Estados Unidos, lo que  ocasiona que los recursos intelectuales se agoten.
No es ningún secreto que los recortes de impuestos y las reducciones en gastos de educación del Partido Republicano están diseñados  para enriquecer a los más ricos. No hay más que ver la historia, desde 1940 hasta 1970 (era del New Deal de FDR) cuando las escuelas públicas con educación universal para todos eran nuestro máximo orgullo. Lo recuerdo porque llegué aquí ya hace más de 50 años. Hoy, solo los privilegiados que viven en sectores adinerados tienen acceso a una  educación adecuada. El resultado del más reciente estudio de la Organización Pro Desarrollo y Cooperación Económica no es solo penoso, si no  aterrador: 36 millones de americanos  carecen de las habilidades necesarias para funcionar en el mundo moderno.
 Existe una gran laguna entre los americanos mejor ejecutantes y los que no desempeñan, que son  los que tienen padres ricos y educados y los que no; exactamente igual que en lo países tercermundistas, donde hay muy pocos entre los dos grupos. Llevamos rato hablando de la preocupación de la desigualdad, a la que el Profesor Robert Reich se dirige constántemente, pero no hemos cambiado nada. Tenemos estos resultados, por la relación tan grande entre los   bien educados y los que no lo están, que se traduce a buenos empleos y buenos salarios para los primeros y pobreza para los otros.  Si no cambiamos las reglas, los Estados Unidos se irán pareciendo más a Somalia o a Indonesia y menos a Suecia y a Finlandia.
Por tanto, lo más apremiante para cambiar las condiciones actuales es limpiar la casa. Eso  solo se hace ejerciendo nuestro derecho al voto. Pero no solamente al voto en elecciones presidenciales. También hay que salir a votar en las elecciones “mid-term” que son las que deciden quien se queda en la Cámara. No hay que decir mucho más porque tenemos un presidente que desde su toma de posesión, ha sido criticado por los cambios positivos que ha querido hacer, por un congreso renuente a apoyarlo que lo acusa injustamente de todas las mentiras que son capaces de inventar las mentes enfermas. Recuerden que el malvado Mitch MC Connell dijo en aquel momento que “el mayor objetivo era asegurarse de que Obama fuera presidente de un solo término.” Por  eso hay que votar en las “mid-terms” y limpiar la casa, incluyendo a Mc Connell y a todos los que ponen a su partido por delante de la nación.
Los republicanos del Congreso, siguen renuentes a traer el voto de la Ley del Salario Mínimo al piso de la Cámara para subir el salario de millones de americanos.  El Presidente de la Cámara John Boehner se niega. Apoyemos al Presidente Obama, uniéndonos a su proyecto. Nuestro sistema educacional no cumple las demandas del  mundo moderno y si la derecha sigue restándole fondos a la educación, estamos de mal en peor. En los estados del Sur (los más reaccionarios), controlados por republicanos, vemos claramente su estrategia  en acción. Cientos de familias sureñas ya  han renunciado a educar a sus hijos en el sistema público para educarlos en las escuelas anti-intelectuales de la Derecha Cristiana, o sea, escuelas de brutos haciéndose más brutos aún. Solo los estados conservadores responden a su mensaje con entuasiasmo. Mientras tanto, continuarémos como Indonesia y Tanzanía, sin cumplir las demandas de la economía global.
Apoyemos al Presidente Obama aquí a incrementar el salario mínimo a $10.10 USD la hora.
Si no votamos en las elecciones del mid-term, no podremos hacer la diferencia y nos hacemos cómplices de un grupo que solo tiene los intereses de las corporaciones en su agenda. Hay que votar contra el Partido Republicano, que fue el partido de Lincoln, pero de entonces acá ha llovido demasiado y ese partido ha cambiado volviéndose el más racista y reaccionario; el partido de las guerras, de las estafas al Medicare (Rick Scott), el que está en contra de la reforma migratoria, contra incrementar el salario mínimo de 28 millones de americanos y que ha votado 50 veces para revocar una ley ratificada por la Corte Suprema. ¿Cuántas pruebas más necesitamos después todas estas?







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